miércoles, 30 de septiembre de 2009

Sobre tener un título...

El celular sonaba. Llamaban de un número desconocido. Atendí. Eran de la escuela de periodismo. “Que ya podía pasar a buscar el título” decían. Sí, sí, el título. Un título. Y ahí nomás las cuestionadoras sobre la significación de eso que llaman “título”: “¿Qué es un título? ¿Acaso uno estudia para eso? ¿Para qué sirve? ¿Tiene verdadera importancia en la vida tener un título? ¿Quién se encarga de dar o ponernos títulos en esta vida?”
Este papel -porque no es más que eso-, que supuestamente otorga una haltura, un reconocimiento frente a la sociedad, -si es eso- me resulta insulso e ingrato para conmigo primero y para con muchos otros que también merecerían uno. Todavía sigo sin entender su significado, su sentido, su carga simbólica. Mucho menos entiendo la forma que tiene de otorgarse, quien lo decide, por qué y cuál es el parámetro o criterio para hacerlo. Y no me refiero a que sólo sea para los que estudian. ¿O no hay gente que no estudia y merecería un título? Es más, hay muchos mortales que no tienen la posibilidad de tener un trabajo siquiera y siguen sobreviviendo. ¿Ellos no merecerían mucho más ese reconocimiento de tener un “título” que los que tenemos las posibilidades de trabajar y estudiar?
No encontraré respuestas rápidas, muchísimo menos justas. Pero eso sí, tengo un papel que dice que soy algo (aunque creo que ya era algo o alguien antes de eso). Técnico Superior en Periodismo más precisamente soy ahora. ¡¡¡Guau!!! o ¡¡¡Wuaw!!! (es lo mismo). Encima ese rótulo: “Técnico superior …” ¿Qué mierda es eso? Yo no soy ningún experto ni un estructurado que respeta tales procedimientos de ninguna ciencia u oficio para que me llamen “técnico”. Ni tampoco me considero “superior” a otro periodista que no haya estudiado. No hace falta tener un título ni ir a una escuela para serlo, aunque en ella uno aprenda, pero no para ser superior a nadie. Suena todo tan dogmático, tan superfluo…
En fin, “¿y ahora qué?” me pregunto. No sé, tengo un título. Para la sociedad y el Ministerio de Educación ya soy alguien. Puedo dormir tranquilo, pero no conforme ya que me es casi imposible encontrar respuestas dialécticamente satisfactorias que tengan un verdadero sentido sobre los que es un título. Al no encontrarlas, me siento un hipócrita. Claro, un hipócrita con título. ¡Qué va!

Fotografía de Gabriel Sastre, extraída de http://www.multimagen.com/portfolios/portfolio.php?portfolio=gabrielangler

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