

El hombre de la estrella – La Renga
Son tan distintos el sonido y el viento
Son tan distintos el sonido y el viento
y sin embargo en algo se parecen.
Ni el mejor ojo los puede ver
pero están porque se siente.
De esa textura tu alma parió
lo que era todo tu aliento.
La rabia nunca murió
cuando mataron al perro.
Dame de esa espuma contagia valor.
Que no haya tumba ni nada que lo calla.
Se oye como el viento y no se ve,
se mete adentro y da batalla.
Un salvaje que no para
quiere convertirse en mí.
No me quiere fiel ni falso,
solo bestia para vivir.
De esa bravura tu sueño parió
lo que aún sostiene mi aliento.
La rabia nunca murió
cuando mataron al perro.
Dame de esa espuma contagia valor.
Que no haya tumba ni nada que lo calla.
Se oye como el viento y no se ve,
se mete adentro y da batalla.
Como guía, el cielo regaló
una estrella para tu frente,
para que sin perder la ternura jamás
aprendiese a endurecerte.
Canción del elegido – Silvio Rodríguez
Siempre que se hace una historia,
Siempre que se hace una historia,
se habla de un viejo, de un niño o de sí.
Pero mi historia es difícil,
no voy a hablarles de un hombre común.
Haré la historia de un ser de otro mundo,
de un animal de galaxia.
Es una historia que tiene que ver
con el curso de la Vía Láctea.
Es una historia enterrada.
Es sobre un ser de la nada.
Nació de una tormenta
en el sol de una noche
del penúltimo mes.
Fue de planeta en planeta
en el sol de una noche
del penúltimo mes.
Fue de planeta en planeta
buscando agua potable.
Quizás buscando la vida
o buscando la muerte
eso nunca se sabe.
Quizás buscando siluetas
o algo semejante que fuera adorable,
o por lo menos querible,
besable, amable.
Él descubrió que las minas
del rey Salomón
se hallaban en el cielo
y no en el África ardiente,
como pensaba la gente.
Pero las piedras son frías
y le interesaban calor y alegrías.
Las joyas no tenían alma,
sólo eran espejos,
colores brillantes.
Y al fin bajo hacia la guerra…
¡perdón! quise decir a la tierra.
Supo la historia de un golpe,
sintió en su cabeza cristales molidos
y comprendió que la guerra
era la paz del futuro:
lo más terrible se aprende enseguida
y lo hermoso nos cuesta la vida.
La última vez lo vi irse
entre humo y metralla,
contento y desnudo:
iba matando canallas
con su cañón de futuro.
Fotos extraídas de http://fotosdelche.blogspot.com/
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