
Hoy empecé el día mal. No quería levantarme de la cama. Estaba duro de tantos días. Me alivié. Desayuné sin ganas y leí a Strauss con menos. Para colmo de males mi madre volvió a testearme la próstata con maldad. Nada podía estar más peor de lo negativo que estaba. De pronto mi hermanito me roba una sonrisa, sonó Resumen de noticias y me tomé el 133 con Strauss y una señora a mi lado que olía mal. Llegué. Un cuarto decorado con fotos artísticas, pelotas de malabares en una repisa, libros de historia y literatura. Guau. Nietzche, Soriano, fotos de la historia de la izquierda argentina. Mate de por medio, negatividades expulsadas por mi boca huyeron de mi mente. Fue mágico. Hizo efecto como un ansiolítico sublingual.
Me fui así a Parque Centenario. Un cincuentón terminó de explicar el “falso evolucionismo” de Strauss. En el colectivo de vuelta una compañera me dijo que a Marx lo iba a ver en todas las materias de la carrera. “Es como la vedette de Sociales”, sentencié. Hoy terminé bien el día. En este punto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario