
La primavera... La primavera... Esa estación llegó. Como una revolución, ella es capaz de generar miles de cambios y sensaciones que suceden casi sintomáticamente. Novios que se regalan flores, poetas inspirados, adolescentes ebrios en los bosques de Palermo, mujeres que dejan de tapar piernas y escotes y hasta alérgicos que estornudan contentos. Mientras tanto, el mundo sigue girando con toda su porquería. Los pobres siguen sin poder pensar y comer, los oprimidos atados, los sabios e intelectuales alienados, los amantes castrados, los vencidos resistiendo. Que esta época revolucionaria de potencia creativa, visual y experimental sirva para que fluya el amor. Ese amor subversivo que arrase con la mierda, y no que quiera intentar taparla con flores hermosas recién brotadas.
comparto tu postura! Me gustó mucho! Llegó la hora de una verdadera revolución del amor!
ResponderEliminar¿Quién quiere flores?
Besos!
primavera...regalen más forros y menos flores. Eso sería revolucionario.
ResponderEliminarAbrazo.-