
Un día el biciclo se estancó en un barrio bien. Después de tanto andar, ella estaba impaciente por llegar a destino. En eso pasó un auto que iba para el mismo lado, le agradeció a la bici por el trecho recorrido y, acomodada en la butaca, partió a toda velocidad hacia su Norte por la asfaltada y señalizada autopista. La bici, buscadora, siguió recorriendo las calles de tierra y las imperfecciones de los rumbos inciertos. Prefirió seguir pedaleando a sentar cabeza y ponerse un motor encima. Todos -ella, bici y coche- siguieron su Norte.
Importante. Eso de seguir el Norte. Parece necesario.
ResponderEliminarTe recuerdo de TEA, aunque te recuerdo con menos barba. Te mando un abrazo y te felicito por el blog.-
Gracias. Yo no te recuerdo por tu nombre, quizás una imágen podría ayudar más pero en tu blog no hay. Otro fraternal abrazo.
ResponderEliminar