domingo, 30 de agosto de 2009

Las casualidades no existen


En el diario una nota recuerda el aniversario nº 70 del pacto Stalin-Hitler que, entre otras tantas variantes, dio pie al inicio de la 2ª GM. Mientras, una señora pasa escupiendo insultos contra los llamados "negros de mierda" y un hombre pareciera hacer el saludo nazi en plena Santa Fe. Pero sólo está parando al 68.

Deseo y amor

Un día, en un ataque de intolerancia y/o lucidez, le dije: “Si tanto deseas formar una familia, búscate otro!!!” Me tenía tanto amor y confianza, que me hizo caso.

martes, 25 de agosto de 2009

Perras negras


Tengo consuelos. Nos amamos con todo el corazón. Acaricio tu recuerdo sobre mi piel. Me llegaste donde nadie pudo, al corazón. De vez en cuando, te hago el amor sin siquiera rozarte. ¡Cuántos lindos momentos juntos! Estas perras negras, estas proxenetas relucientes, ¿reflejan lo que siento? ¿Qué es el consuelo? El descanso y alivio de la pena, según un diccionario. Hoy no estás. No tengo nada de eso, mucho menos consuelo.

viernes, 21 de agosto de 2009

Naty de Tilcara. Diario de Viaje


Si hay un lugar de la ruta viajera del noroeste argentino que está preparado para el turista, ése es Tilcara. Muchas calles asfaltadas, hoteles varios, kioscos abiertos por la noche, servicios de toda índole y grandes tiendas ambientadas tipo Av. Santa Fe. Si hay algo que un mochilero urbano no quiere encontrar cuando visita un pueblo, es justamente esas cotidianeidades de las ciudades. Y Tilcara tiene bastante de ciudad, pero tiene también algo que es muy difícil de encontrar en la gran ciudad. Tiene a Naty. Que no es Natalia sino Natividad. Creo que fue la primera vez que escuché ese nombre.Cuando bajamos del micro proveniente de Purma, en la Terminal nos estaba esperando ella. Cara bien redonda, pómulos gorditos, ojos negros, pocos dientes, cabello bieeeeeeeen largo, un metro sesenta bien corpulento. “¿Buscan hospedaje chicos?”, nos preguntó casi con vergüenza. Cobraba $9 por cabeza por un cuarto, había un par de colchones pero no para los 7 que éramos. Después de todo, no era mala la idea de dormir una noche bajo techo y, mucho más, recordando el frío nocturno que había padecido en el lugar años anteriores.Gracias a no sé quien Naty vivía a sólo cinco cuadras de la plaza principal. Pero no en lo bajo sino en lo alto del pueblo, muy cerca del Pucará, por lo que –por suerte- estábamos lejos de la careteada comercial.Nada podía se mejor que la calidez y la hospitalidad de esa señora y de ese hogar. Cocina, pava eléctrica, ducha caliente, colchones, frazadas y la alegría de “la gente de la tierra”. Esa gente que te abre las puertas de sus casa sin conocerte, por escaso dinero (hay campings más caros) y que te dan todo lo que tienen, y lo que lo no poseen, intentan encontrarlo para dártelo. Es esa gente que no te ve como un número sino como a alguien que quiere conocer su historia, su pueblo, sus vivencias, sus pensamientos. Esa gente que está contenta por tu visita.Nunca nos pidió el dinero, en cambio requirió hasta el hartazgo que le firmásemos un cuaderno similar al que escribí esta crónica. Ése era su mayor deseo, el reconocimiento de sus visitantes. La consentimos por escrito, oral y gestualmente.

La casa estaba siempre sin llaves. El que llegaba, abría y pasaba. Tras la puerta estaba el comedor con una pequeña mesa, la cocina con sus utensillos y un nylon transparente que separaba al patio (el centro físico del hogar) que medía 2 x 4 mts. y donde, en el medio, yacía una especie de apacheta que servía como escurridor de platos y como apoyo del palo del árbol que sostenía la soga para tender la ropa. Los baños eran dos: uno para bañarse, otro para las necesidades. Había cuatro habitaciones. En una dormía, y vivía durante nuestra estadía, Natividad con sus tres hijas. En otra más pequeña dormían tres chicas que estaban desde antes de que llegásemos. Otro cuarto apenas un poco más grande, lo coparon cinco pibes muy poco sociables y habitación más grande fue ocupada por nosotros. Dentro de la misma, un plegado de bolsas de residuos formaba con las paredes de una esquina otra habitación donde dormían otras tres chicas de Tres Arroyos, de las cuales una de ellas era compañera de facultad de una íntima amiga nuestra del barrio.Así es su casa casi todo el año. Desde enero hasta mediados de marzo se hospedan en su mayoría mochileros argentinos. A partir de mediados de mayo hasta finales de septiembre copan la casa artesanos latinoamericanos que llegan para venderle sus obras a los europeos que llegan a vacacionar a Tilcara. Es la época de trabajo. “Los demás meses no viene casi nadie. Pero igual no les cierro las puertas a nadie”, comenta Naty sonriendo.El marido de Naty y su hijo están trabajando en Comodoro Rivadavia. Ganan bien, contaba. Se habían ido hacía seis meses y volvían en cuatro. Y cuando volviesen iban a seguir trabajando para agrandar la casa y así poder hospedar a más gente. Ambos eran obreros de la construcción y habían partido a la Patagonia donde el trabajo está mejor pago. Naty decía que su esposo allá no gastaba porque dormía en la empresa y que hacía trabajos extras. Estaba trabajando para una petrolera. ¿Cuándo será el día en que los trabajadores trabajen para sí mismos sin depender de que alguien les brinde esa posibilidad?

¡Qué lindos días pasamos en Tilcara! ¡Qué linda Naty!La primera noche había una peña en una biblioteca. Previo arroz con manteca y queso, y fernet digestivo posterior, partimos hacía allí. A la una y media el lugar el lugar explotaba. Un trío jujeño, todos vestidos con unas túnicas regionales de color blanco, hacían enloquecer a las doscientas personas que se encontraban en el lugar. La gente se movía de un lado hacia el otro, algunos con estilo, otros sólo por el hecho de sumarse a la alegría que emanaban las melodías del siqus, la quena y el charango.Folklore, chamamé y los cobers de algunos jitazos vailanteros zonaron asta tempranito. Luego otros cuatro jóvenes se pusieron a tocar mientras algunos experimentados en la danza enseñaban a bailar a algún madera. Era una reunión de gente de distintos lugares, costumbres, vestimentas, pensamientos, etc. Nos unió la música. Todos se abrazaban y bailaban con todos. Los jujeños borrachos que coqueaban, los porteños borrachos que también coqueaban, los vestidos de etiquetas, las “jipie-chics”, los futboleros, los mochileros. Y cuando la fiesta estaba incontenible, aparecieron ellos. Sí señores, ellos. Los hombres vestidos de azul, los protectores del status quo, los ejecutores de la “justicia”, los funcionales del poder, el poder represivo del Estado. En fin, la policía.

¿Para qué? Para joder la noche nomás. Porque "después de las 4 no podía haber abierto ningún boliche ni ningún lugar de encuentro". Era la misma puta ley que en Tucumán, pero en Tilcara, los porteños y bonaerenses, que éramos mayoría y que tenemos joda de lunes a lunes todo el año, renegábamos y nos resistíamos a irnos a dormir. Por lo cual los cinco uniformados interrumpieron la alegría por 20 minutos y, luego de que varios se hayan ido, abandonaron la biblioteca y la peña siguió hasta las seis. Hasta las cinco y media duró el fernet con coca. Los últimos se sirvieron con soda. Había varios que lo podrían haber tomado con querosene que ni cuenta se hubiesen dado. Y, entre baile y baile, entre copa y copla, se fue la noche de peña.

El sábado amaneció nublado. A 6 km. de la parte poblada de Tilcara está la Garganta del diablo. La caminata tiene una vista hermosa por entre “los Valles de la Quebrada”. Valles por la derecha, por la izquierda. Un cuadro. La Garganta en sí es un sendero estrecho entre la unión de dos cerros por el que pasa un río que llega de la montaña. Muy lindo. Muy mojado volvimos. Enero es época de lluvia y ese día fue incesante durante las dos horas que estuvimos en la Garganta y que nos llevó la vuelta a nuestro hogar tilcareño.

Después de lo bien que la habíamos pasado la noche anterior en la biblioteca, decidimos repetir e ir al mismo lugar. Antes comimos unos ricos fideos con salsa que hizo Tilín. Mientras cenábamos intercambiamos opiniones con unos chicos de barrios burgueses (Belgrano, Vicente López, Martinez, San Isidro) sobre historia, modos de producción, problemas sociales, estructurales, política, etc. Éstos eran de barrios burgueses, pero no eran de esos que sólo piensan en ir a Unicenter y Puerto Madero. Será esa porquería llamada "prejuicio" de construir al otro por sus costumbres, barrios en que viven, carreras que estudian, pero me llevé una gran sorpresa: tenían la cabeza bien abierta y eran muy inteligentes. Salimos con ellos. Al llegar en patota al lugar nos llevamos "la" desilusión. No había charango, ni quena, ni nada de eso. Pasamos gratis pero una banda de rock tocaba desde un escenario. Quizás era buena, pero queríamos otra cosa, y la alegría no fue la misma.

Luego de que terminase de tocar la banda, empezó a sonar rock comercial y nacional. El lugar estaba más lleno que la noche anterior. Era sábado y en Tilcara había joda, por lo menos hasta que la policía quiso. Esta vez llegaron a las 3 a.m. y eran diez. Enseguida se vació el lugar. Las 100 personas que quedamos en la calle, con la idea de un flaco y la arenga de de Carillo, nuestra compañera, nos trasladamos a cinco cuadras, cerca de la ruta, donde supuestamente había una peña. Tampoco lo era. Un trío tocaba unos folclores más parecidos a los del terrateniente del chaqueño Palavecino o al de los oligarcas de Los Chalchaleros. En el lugar, los espectadores eran unas diez personas que vieron alterada su paz con nuestra presencia. Cuando nos acomodábamos, otra vez llegó el Estado. Esta vez con palos en las manos, gritando y con mucha menos paciencia. Nuevamente decidieron ellos cuando se terminó la fiesta en comunidad.Esa noche fue la última en Tilcara. Al llegar jugamos un truco y comimos el arroz y los fideos con tuco de las cenas anteriores. La mesa era un chiquero cuando nos venció el sueño; impecable al mediodía cuando nos levantamos. Grande Naty!

Antes de partir a Humauaca un par de nosotros le firmamos el bendito cuaderno que estaba lleno de cartas, dibujos, fotos y agradecimientos. A cambio le pedí que me dedique unas líneas. Y así reflejó su cariño:


Tilcara – Jujuy 23/01/09

Adrián:

su estadía en mi casa fue muy agradable porque son muy alegres, buenos y respetuosos. Y en otra oportunidad que lleguen a Tilcara, las puertas de mi casa, como de mi corazón, estarán abiertas esperándolos!!!GRACIAS

CHICOS

DE

FLORESTA

NO ME OLVIDEN ---> NATY

P/D: mucha suerte, es su continuo viaje!!!


¿Cómo la vamos a olvidar? Usted es la gente de la tierra. Usted es una colla. Usted es Naty. Nunca la vamos a olvidar y volveremos para vistarla. Gracias Naty! Gracias Pacha!

martes, 18 de agosto de 2009

Homenaje a San Martín. Memorias del Fuego de Eduardo Galeano

1822
Guayaquil
San Martín
Encuentro en Guayaquil. Entre el mar Caribe y el océano Pacífico, se abre un camino de arcos de triunfo: el general Bolívar acude desde el norte. Viene desde el sur José de San Martín, el general que atravesó la cordillera de los Andes en busca de la libertad de Chile y de Perú.Bolívar habla, ofrece.
-Estoy cansado -corta, lacónico, San Martín. Bolívar no le cree; o quizás desconfía, porque todavía no sabe que también la gloria cansa.
San Martín lleva treinta años de batallas, desde Orán hasta Maipú. Por España peleó el soldado y por América el curtido general. Por América, y nunca contra ella: cuando el gobierno de Buenos Aires le mandó aplastar las huestes federales de Artigas, San Martín desobedeció y lanzó su ejército a las montañas, para continuar su campaña por la independencia de Chile. Buenos Aires, que no perdona, le niega ahora el pan y la sal. En Lima tampoco lo quieren. Lo llaman el rey José.
Desencuentro en Guayaquil. San Martín, gran jugador de ajedrez, evita la partida.
-Estoy cansado de mandar -dice, pero Bolívar escucha otras palabras: Usted o yo. Juntos, no cabemos.
Después, hay banquete y baile. Baila Bolívar en el centro del salón, disputado por las damas.
A San Martín lo aturde el ruido. Pasada la medianoche, sin decir adiós se marcha hacia los muelles. El equipaje ya está en el bergantín.
Da la orden de zarpar. Se pasea en cubierta, a pasos lentos, acompañado por su perro y perseguido por los mosquitos. El barco se desprende de la costa y San Martín se vuelve a contemplar la tierra de América que se aleja, se aleja.

viernes, 14 de agosto de 2009

De gripes, perversos y boludos

“Mandá GRIPE al **** y enterate de todos los consejos para prevenir los contagios”. Ya casi no se ven más esas propagandas por televisión. ¿Quién es más perverso? ¿El que se le ocurrió lucrar con una enfermedad o el canal que permite reproducirlo? No necesito preguntarme por quienes son los más boludos. De eso no hay dudas: los que mandan GRIPE al ****. Y así continúa la rueda de gripes, perversos y boludos.

jueves, 13 de agosto de 2009

Alguien se va de Luis Gruss


Creo en la espera. Alguien viene. Alguien se va. Alguien llega para quedarse. Alguien regresa o se aleja por un tiempo. Todo encuentro anticipa la despedida. Y el mismo camino que sube es el que baja. La vida es una estación abandonada en donde ya no pasan trenes. No creo en la espera.

publicado el 12/08/09 por Luis Gruss en http://www.suspendelviaje.blogspot.com/

Convincente

Hoy perdí al amor de mi vida.
Mañana no sé.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Antología Kapitalista de microrrelatos

Índice

Visiones del sistema
- El sistema (I) de Eduardo Galeano
- El sistema (II) de Eduardo Galeano

Fuerzas represivas del Estado
- Jorge Rafael Videla de Martín Goloboff
- El teniente me dijo de David Lagmanovich
- Botas de Orlando Van Bredam

Aparatos ideológicos
- Urnas colmadas de Ana María Shúa
- La televisión de Benito Martínez
- La rueda de Patricia Calvelo

Sucesos políticos
- El crimen perfecto de Eduardo Galeano
- Cayó el muro de Orlando Van Bredam


Prólogo
La escritora Laura Pollastri dice que el origen del microrrelato, netamente moderno, tiene que ver con la actitud tras la que reposa: presenta una visión crítica ante lo real y ante la literatura misma. Nada mejor entonces que un género literario intrínsecamente crítico que aborde algunas cuestiones, hechos o situaciones propias del modo de producción capitalista. Este sistema creó las condiciones para que se diera, en este momento y en este lugar, esta antología crítica a su imperio.
La deconstrucción de la hipocresía libertaria del sistema debe ser planteada desde todos los ámbitos. Y los microrrelatos no deben ser la excepción. Esta recopilación pretende congregar las originales y rebuscadas formas que tiene este género literario de cuestionar y llevar al extremo realidades cotidianas, que no son más que el resultado de construcciones históricas que pocos gozan y muchos padecen. Con sus peculiares recursos, algunas alusiones y mediante un uso particular de la lengua, el microrrelato hizo arte del desastre que genera el Kapital.
El microrrelato es una ficción muy breve que trasciende las restricciones de los géneros literarios. Posee un conjunto de rasgos característicos que lo diferencian de las demás formas literarias breves, los cuales pueden darse en conjunto o no. Tanto Pollastri como David Lagmanovich coinciden en señalar la brevedad como el principal rasgo del microrrelato. Ambos, también convienen en la intertextualidad, la alusión a un texto previo. Por eso, dice Pollastri, que este tipo de texto requiere de un lector activo y cuya biblioteca sea amplia.
La escritora señala que al estar dicho todo con menos palabras, los componentes del texto funcionan como estrategias narrativas en donde se utiliza un empleo especial de los recursos de la lengua: multiplicidad de sentidos, elipsis, repeticiones, etc. Lagmanovich llama experimentación lingüística a este último rasgo. Pollastri caracteriza como propia del microrrelato la fragmentariedad, en tanto el texto se percibe como parte de otro más extenso.
Por otro lado, Lagmanovich indica que en los microrrelatos contemporáneos es recurrente la velocidad, esa rapidez narrativa con la que se desenvuelven. A su vez, otro escritor, Raúl Brasca, llama a estas piezas literarias “cuentos brevísimos”. Éste agrega la noción de concisión, que reúne los términos de brevedad, precisión y el de intensidad expresiva que alude al sentido de que aquello que se encuentra más concentrado es más potente. También explica que para lograr eficacia, el autor induce el final con efectos súbitos.
Si bien Raúl Brasca señala que, al ser el microrrelato un género contemporáneo, no puede hacerse un proceso evolutivo, David Lagmanovich efectúa un recorrido histórico a partir de su aparición en Argentina. El género se inició –de manera contraria a la propuesta aquí- con Leopoldo Lugones, un intelectual defensor de la clase terrateniente de principios de siglo XX. La mayoría de sus textos giran alrededor de cuestiones filosóficas o religiosas y se perciben como estáticos. Jorge Luis Borges, Julio Cortázar y Marco Denevi son los clásicos del microrrelato. Dejaron una huella imborrable que se sigue reproduciendo: experimentación lingüística, uso de un lenguaje tensado, búsqueda de mecanismos no tradicionales, reescritura, etc.
Otros autores como Adolfo Bioy Casares y Enrique Anderson Imbert fueron un puente entre estos clásicos y los contemporáneos. En sus relatos puede observarse con más frecuencia esa característica de velocidad, algunos dejan en el lector una sensación de perplejidad. Entre los actuales más destacados están Raúl Brasca, el fallecido Isidoro Blaisten, Ana María Shúa y Laura Valenzuela. Quizás estas dos sean las más creativas y originales, tanto por su imaginación y soltura en todas las categorías de microrrelatos, como también por la producción simultánea de otras formas literarias.
Los microcuentos están agrupados bajo cuatro temáticas capitalistas: la primera propone dos visiones del sistema. La segunda contiene tres textos acerca de las fuerzas represivas del Estado, esenciales para acallar cualquier protesta contra el orden establecido y garantizar la explotación de la clase trabajadora. Los aparatos ideológicos de la clase dominante reproducen sus valores e intereses mediante los medios de comunicación, los dogmas religiosos, la emisión del sufragio, entre otros; estos temas están concentrados en el tercer subgrupo. El cuarto conjunto fue aglomerado teniendo en cuenta sucesos políticos que acontecieron en la joven y voraz vida del kapitalismo.
En las dos versiones de “El sistema” puede notarse cómo Galeano en uno de ellos homologa éste sistema con una máquina, con el país y juega con el paso de la voz entre diferentes narradores; y en el otro emplea una velocidad narrativa con la que, a medida que avanza el relato y deviene la jerarquía de los protagonistas, sus verbos acrecientan conflictividad y agresividad. En “Jorge Rafael Videla” puede apreciarse la ironía acentuada en el final, con la que el autor presenta gustos y matices de una persona “normal”: el general de la dictadura más sangrienta del país. “El teniente me dijo” refiere claramente al abuso de poder de los jerarcas represivos del Estado; el autor utiliza la repetición del título para lograr inducir un abrupto final. “Botas” centra su relato en el objeto y emplea el uso poético de la lengua para generar valoraciones opuestas en momentos diferentes sobre la policía.
La emisión del voto es la bandera ideológica por excelencia de la democracia burguesa. “Urnas colmadas” juega con la polisemia de la palabra urna y asimila el sufragio con la muerte misma. En “La televisión” el narrador crea una escena de suspenso que, instantes antes de que un soldado asesine a un estudiante, es interrumpida por el anuncio de un detergente. Es una alusión clara a cómo los medios de información ocultan lo que los grandes poderes no quieren mostrar y reproducen el discurso de la clase dominante. El texto que reprocha los valores religiosos, “La rueda”, es un cuento apocalíptico que lleva al extremo las premisas de la biblia católica.
“El crimen perfecto” es la fantasiosa historia de dos exiliados latinoamericanos que, durante un invierno de Londres convierten el frío departamento en una playa del caribe cuando hacen funcionar la estufa con una estafa que no deja huellas. En “Cayó el muro” (de Berlín), la significación del fin de las ideologías es parodiada por el autor durante un partido de fútbol en el cual juega con la polifonía de las palabras “derecha” e “izquierda” y al final, a pesar del fin de la lucha de clases, unos siguen dominando a otros.
Luego de la lectura de esta antología compuesta por productos de un género literario breve y crítico, uno puede distinguir que no todos los ataques al sistema son aburridos y conceptuales. De hecho, para comprender cómo produce y aliena la máquina -y para entender alusiones de este prólogo también- sería aconsejable leer, aunque sea fragmentos, de El Kapital de Karl Marx y, obviamente, desear un mundo sin explotación del hombre por el hombre. Esta antología fue rotulada “Antología Kapitalista” no porque adhiera a la causa burguesa -claro está-, sino porque es una creación bajo su imperio, crítica hacía él y que brega por un mundo sin clases e injusticias sociales.


Microrrelatos

Visiones del sistema
El sistema (I)
Quien está contra ella, enseña la máquina, es enemigo del país. Quien denuncia la injusticia comete delito de lesa patria.
Yo soy el país dice la máquina. Este campo de concentración es el país: este pudridero, este inmenso baldío vacío de hombres.
Quien crea que la patria es una casa de todos será hijo de nadie.

El sistema (II)
Que programa la computadora que alarma al banquero que alerta al embajador que cena con el general que emplaza al presidente que intima al ministro que amenaza al Director General que humilla al gerente que grita al jefe que prepotea al empleado que desprecia al obrero que maltrata a la mujer que golpea al hijo que patea al perro.

Fuerzas represivas del Estado
Jorge Rafael Videla
Amaba los perros de caza, los tapices con ciervos y la música de Wagner. Leía pocos diarios, pero se detenía a hacer palabras cruzadas. No toleraba el rumor de los árboles ni el trino de los pájaros. Dormía bien.

El teniente me dijo
El teniente me dijo que yo era un negro roñoso. Le contesté que negro sí, no lo niego, pero yo me aseo todos los días, mi teniente. El teniente me dijo que me había desacatado y me condenó a tres días de calabozo. Cuando salí, le teniente me volvió a decir lo de negro roñoso y no contesté nada. Después el teniente me dijo algo sobre mi hermana, que había venido del interior a visitarme. Le pedí con todo respeto que no me hablara así de mi hermana. El teniente me dijo entre risas que él me hablaba como quería, y que ya éramos cuñados. Entonces sentí en mi mano el fierro que llaman arma reglamentaria y apreté el gatillo. El teniente no volverá a decir nada nunca más.

Botas
Cuando era niño me gustaba mirar las botas vacías de mi abuelo, desde donde él brotaba por las mañanas hasta adquirir la altura de comisario de pueblo.Muchas veces llegué a pensar que el milagro de su autoridad, de su aplomo, de su coraje, residía en el fondo de aquellas botas relampagueantes.
Un día no resistí la tentación y me las puse mientras mi abuelo dormía. Esa siesta anduve con ellas como en una canoa belicosa. Atravesé las habitaciones, el jardín, la calle inmutable y entré en la comisaría. Se rompieron las risas contra mis botas y el marco de las burlas me hizo caer.
Nunca más volví a intentarlo. Con el tiempo me convertí en un hombre pacífico, sin arrogancia, sin soberbia que sobrevive en un país que profesa una extraña nostalgia de botas.

Aparatos ideológicos
Urnas colmadas
En el cuarto oscuro, desalentados, nos convidamos con caramelos. Sabemos que las urnas están colmadas de votos o cenizas. Es imposible introducir un solo sobre más en esas cajas cuadradas de llenas de restos calcinados que asoman por todas las hendiduras de la madera. Es desaconsejable seguir incinerando, al despertar, el cuarto seguirá oscuro y, de todos modos, a nadie le interesan nuestros cadáveres.

La televisión
El soldado me mira antes de disparar. Es sólo un instante, y me mira con esa cara de vidrio oscuro que tienen los soldados antes de disparar. El estudiante extiende los brazos en un gesto instintivo e inútil. Lo van a matar, se da cuenta y trata de detener el tiempo extendiendo los brazos hacia delante. El soldado tiene el fusil automático listo y apunta al estudiante, que extiende los brazos. En ese momento se puede pensar que el estudiante ya está muerto, pero no; hay una larguísima fracción de segundo entre un momento y otro. Los dos se han quedado mirándome desde la pantalla del televisor, el matador y su víctima, bajo un sol que no he visto nunca.
El soldado dispara, pero no lo vemos, gracias al anuncio del nuevo detergente.

La rueda
Un dios que crea un mundo. Un mundo que tiene un pequeño paraíso. Un paraíso que regla, con una sola advertencia, a un hombre y a una mujer. Un hombre y una mujer que desobedecen al dios. Un dios que arroja del paraíso al hombre y la mujer. Un hombre y una mujer que tienen hijos. Unos hijos que se pueblan la tierra. Una tierra que da frutos. Unos frutos por los que los hijos comienzan una guerra. Una guerra que dura siglos y no acaba hasta aniquilar a los hijos, a la tierra, a los frutos, al hombre y a la mujer creados por el dios. Un dios que escapa del desastre.
Un dios que crea el mundo.

Sucesos políticos
El crimen perfecto
En Londres es así: los radiadores devuelven calor a cambio de las monedas que reciben. Y en pleno invierno estaban unos exiliados latinoamericanos tiritando de frío, sin una sola moneda para poner a funcionar la calefacción de su apartamento.
Tenían los ojos clavados en el radiador, sin parpadear. Parecían devotos ante el tótem, en actitud de adoración; pero eran unos pobres náufragos meditando la manera de acabar con el Imperio Británico. Si ponían monedas de lata o de cartón, el radiador funcionaría pero el recaudador encontraría, luego, las pruebas de la infamia.
¿Qué hacer?, se preguntaban los exiliados. El frío los hacía temblar como malaria. Y en eso, uno de ellos lanzó un grito salvaje, que sacudió los cimientos de la civilización occidental. Y así nació la moneda de hielo, inventada por un pobre hombre helado.
De inmediato, pusieron manos a la obra. Hicieron moldes de cera, que reproducían las monedas británicas a la perfección; después llenaron de agua los moldes y los metieron en el congelador.
Las monedas de hielo no dejaban huellas, porque las evaporaba el calor.
Y así, aquel apartamento de Londres se convirtió en una playa del mar Caribe.

Cayó el muro
El día que cayó el muro de Berlín, yo estaba jugando al fútbol en una canchita de barrio en El Colorado. Fue sintomático. Se comprobaba el fin de las ideologías, desaparecían la izquierda y la derecha. Con los muchachos nos dimos cuenta enseguida. A mí que siempre me costó patear con la zurda, la sentía ahora más enérgica y creativa.
Este asunto de la caída del muro venía en serio, hasta algunos escombros cayeron cerca de nuestro arco y el arquero, inocentemente, los adjudicó a la hinchada adversaria. Nada de eso. El mundo cambiaba. Ahora daba lo mismo patear con la derecha o la izquierda. Nadie hacía diferencias.
Eso sí: terminó imponiéndose el juego aéreo, por arriba; los que juegan por arriba usan la cabeza para jodernos, en cambio los que no tenemos astucia ni malicia seguimos pateando por abajo, como podemos.

domingo, 9 de agosto de 2009

Hambre de justicia, por Frei Betto


Al día de hoy son ya 950 millones las personas amenazadas por el hambre crónica. Eran 800 millones el año pasado. De allá para acá aumentó el número, debido a la expansión del agronegocio, cuyas tecnologías encarecen los alimentos, y a la mayor extensión de áreas destinadas al cultivo de agrocombustibles, producidos para saciar el hambre de las máquinas y no de la gente.El hambre es lo más letal que ha inventado la injusticia humana. Causa más muertes que todas las guerras. Elimina a cerca de 23 mil vidas al día, ¡casi mil personas por hora! Las principales víctimas son los niños.Casi nadie muere por falta de alimentos. El ser humano soporta casi todo: políticos corruptos, humillaciones, agresiones, indiferencias, la opulencia de unos pocos. Hasta el plato vacío. Por eso se puede decir que nadie muere por la falta completa de alimentos. Los hambrientos, cuando no tienen nada que comer, llevan a la boca, para engañar al hambre, sobras recogidas en la basura, lagartos, ratones, gatos, hormigas e insectos varios. La falta de vitaminas, carbohidratos y otros nutrientes esenciales debilita el organismo y lo hace vulnerable a las enfermedades. Los niños raquíticos mueren de un sencillo resfriado, por carencia de defensas.Hay apenas cuatro factores de muerte precoz: accidentes (de trabajo o de tránsito), violencia (asesinato, terrorismo o guerra), enfermedades (cáncer o sida) y hambre. Ésta produce el mayor número de víctimas. Sin embargo es el factor que menos movilizaciones suscita. Hay campañas seguidas contra el terrorismo o para curar el sida, pero ¿quién protesta contra el hambre?Los miserables no hacen protestas. Sólo quien come se pone en huelga, sale a las calles, manifiesta en público su descontento y reivindicaciones. Como esa gente no sufre amenaza de hambre, los hambrientos son ignorados.Ahora los líderes de las naciones más ricas y poderosas del mundo, reunidos en el G-8, en L’Aquila, Italia, a principios de junio, decidieron liberar US$ 15 mil millones para aplacar el hambre mundial.¡Qué cinismo se gasta el G-8! Él es el responsable de que los hambrientos sean multitud. Éstos no existirían si las naciones metropolitanas no adoptasen políticas proteccionistas, barreras aduaneras, transnacionales de agrotóxicos y de semillas transgénicas. No morirían de hambre casi 5 millones de niños al año si el G-8 no manipulase a la OMC, no incentivase la desigualdad social y todo lo que la aumenta: el latifundio, la especulación con los precios de los alimentos, la apropiación privada de la riqueza.¡Sólo 15 mil millones de dólares! ¿Saben esos señores y señoras del G-8 cuántos millones destinaron para salvar, no a la humanidad, sino al mercado financiero, desde setiembre del 2008 a junio del 2009? ¡Mil veces esa cantidad! 15 mil millones de dólares sirven sólo para ofrecer unos caramelos a algunos hambrientos. Sin contar con que buena parte de esos recursos irá a la bolsa de los corruptos o servirá de moneda de cambio electoral. ‘Le doy un pan, deme un voto’.Si el G-8 tuviera verdadera intención de erradicar el hambre del mundo promovería cambios en las estructuras mercantilistas que rigen la producción y el comercio mundiales, y canalizaría más recursos hacia las naciones pobres que hacia los agentes del mercado financiero y a la industria bélica.Si los dueños del mundo quisieran acabar realmente con el hambre declararían el latifundio un crimen de lesa humanidad y permitirían la libre circulación de alimentos, parecido a lo que sucede con el dinero. De igual manera, si tuvieran también el propósito de erradicar el narcotráfico, en vez de agarrar a unos pocos traficantes pondrían sus máquinas de guerra a destruir definitivamente los campos de plantación de marihuana, de coca, de opio y de otros vegetales, transformándolos en áreas de agricultura familiar. Sin materias primas no hay traficante capaz de producir droga.Decir que el G-8 intenta acabar con el hambre o salvar el planeta de la degradación ambiental equivale a esperar que la próxima Navidad Papá Noel traiga de regalo una vida digna para todos los niños pobres. Tanto es el cinismo, que los líderes mundiales prometen establecer bases de sustentabilidad ambiental a partir del 2050.Ahora bien, si la naturaleza enseña algo obvio es que, a medio plazo, estaremos todos muertos. Si la Tierra ya perdió un 25% de su capacidad de autorregeneración, ¿qué pasará si la humanidad tiene que esperar otros 40 años para que se tomen medidas eficaces?Si los que no pasan hambre tuvieran, al menos, hambre de justicia, virtud calificada por Jesús como bienaventuranza, entonces la esperanza en un futuro mejor no sería vana.

Frei Betto, escritor. Servicio Informativo "Alai-amlatina"

Nota publicada por “Miradas al Sur” el domingo 2 de agosto de 2009

jueves, 6 de agosto de 2009

Gracias poyito




Poyito:
me encantaría estar escribiendo esta carta sobre papel, pero quedamos en que tendríamos el menor contacto posible. Así que esto lo vas a leer en este blog, donde todo lo expuesto sale del corazón, y estas líneas mucho más.
Sinceramente, no puedo creer que esté escribiendo una carta de despedida. El agüita salada salpica cada vez que golpeo una tecla. Es porque las lágrimas forman minúsculos charcos en las hendiduras de las teclas. Pero no te pongas mal. No es por tu culpa, es por la situación que estoy llorando. En las relaciones de pareja las cosas son de a dos y, obvio, las culpas de lo malo y lo bueno también. Pero sé de lo que soy responsable. Vos tendrás que analizar tu cuota de responsabilidad. Yo tiré de la cuerda, y tiré, y tiré... Y la cuerda se cortó.
¡Cómo me duele perderte! No te das una idea cómo me duele el corazón… Imagino que a vos también, pero es distinto porque vos ya no sabes si me amas. No te culpo, consciente o inconscientemente, hice mucho para que eso te pase. Lo lamento de verdad. Te hice llorar mucho, te descuidé. Estoy muy arrepentido y siento mucha culpa. Sé que voy a cambiar, pero esta vez es por mí. Es una flor de mierda, pero te juro que necesitaba este golpe para darme cuenta de muchas cosas. Toqué fondo. Posta que toqué fondo. Nunca estuve tan triste. No duermo, no como, bajé como 6 kilos, volví a pasar la línea de los 80, ahora peso 79 kg. Increíble lo que hace el mal de amores.
Vos me pediste que no te odie, que no esté enojado. JAMAS, JAMAS podría sentir algo así por vos po’. Hoy estamos separados y esto es muy raro y duro. Sé también que hay una persona la cual te interesa y es doblemente terrible el dolor porque, conociéndote, si apareció otro es porque YO dejé un espacio ENORME para que esto suceda. Y me mata haber descuidado tanto a mi amor.
Pero no quiero enfocar sobre eso esta carta. Eso, es sólo una consecuencia de todo lo que nos fue pasando, y de la demasiada atención que le puse a otras cosas y no le di a la persona que más feliz me hizo en la vida. En fin, lo que importa es que hoy no estás conmigo. Y eso es indescriptiblemente horrendo. Esto que estoy pasando no se lo deseo a nadie.
Sé que diste todo por esta relación. Y más también. No sé cual fue el factor determinante para que quieras terminar con este amor. Fue un vaso que se fue llenando, obvio con muchas cosas. Pero si vos estás mejor, a la larga yo también lo estaré.
En un momento quise odiarte y pensar muchas boludeces acerca de tu persona. Necesitaba bajarte del altar y dejar de idolatrarte. Fue imposible. Unas simples palabras tuyas sirvieron para sacarme esas ganas de mentirme a mi mismo, y devolverme a esta cruda y terrible realidad que es estar sin tu amor y teniéndote siempre en lo más alto del altar.
Perdoname si no pude llenarte de amor y dejé que esto se venga a pique. Sé que soy un cagón al que le cuesta crecer y no me animé a proyectarme un futuro, a dar ese paso más para planear algo juntos y así pensar en un hogar y una familia. No es que no lo desee, lo deseo con toda mi alma, pero me di cuenta que me causa un poco de miedo crecer. Por eso muchas veces defenestré y tiré por la borda todas tus ilusiones. Te juro que me hubiese encantado poder proyectarme, pero no pude en aquellos momentos. Hoy me estoy planteando muchas cosas, estoy cambiando. Como te dije: necesitaba este golpe, sino no podría pensar y actuar como lo estoy haciendo. Estoy dejando cosas que me hicieron mal, voy a abrir un negocio, están trabajos de mi vocación, y el año que viene, si todo sale bien, me voy de casa. Ojalá.
El motivo de estas líneas es para agradecerte. En serio. Gracias. Nunca me han dado tanto amor. Nunca he dado tanto amor a alguien. Nunca me he sentido tan feliz. Nunca pensé que podía cambiar tanto. Cuando empezamos a salir yo estaba intentando salir de las malas, empezaba a querer dar un viraje a mi vida y apareciste vos para guiarme el rumbo.
A tu lado pude salir a flote y así empecé a estudiar, aprendí a pensar, a razonar. A tu lado aprendí a amar a una mujer. A tu lado aprendí a hacer el amor. ¡Qué lindo cómo hacíamos el “am, am, am”! Todo. Hermoso. Lo hacías tan bien y con tanto amor. Recuerdo aquel CD de Bob Marley en la costa, aquella carpa de Lobos, y podría recordar muchas más, pero sé que te da vergüenza y no te gusta, así que no voy a ahondar en detalles que me los guardo para mi y para las noches de soledad que me esperan, pero… ¡qué lindo! A tu lado aprendí a viajar, me hiciste escuchar a La Renga, a Manu. Tantas cosas aprendí a tu lado… Aprendí a ser yo.
No te das una idea de lo que te extraño… A la juguetería entran nenes y nenas de todos los colores y tamaños. Hace unos días entró un Nahuel, ayer una Cande… “Para tu amor” de Juanes lo pasan todos los días. Fue el tema con el que hicimos el amor por primera vez, ¿te acordás? Todo mensaje y llamado que me llega creo, pienso, deseo que seas vos y paf!, desilusión absoluta. En las calles parece que las parejas se besan más apasionadamente, siento que me lo hacen a propósito. Tengo otra falange menos por morderme los dedos para no mandarte un mensaje. Te veo conectada y no te puedo hablar. Quiero respetar este duelo, aunque hay veces no lo hacemos y terminamos en conversaciones que nos dañan. Mirá si te extrañaré que tuve que cambiar el formato de fecha del celular. Decía “01-AGO-09”. Cada vez que tomaba el celular era ver tu nombre: AGO. Boooooo.
Sé que es duro que se termine. Pero es real. Hoy estamos separados y no tengo casi ni una pizca de esperanza. Creo que nuestros vidas seguirán por distintos caminos. Ojalá en un futuro la vida nos vuelva a cruzar y podamos ser felices juntos. Ojalá. No debería pensar eso, pero te amo y no puedo no ilusionarme. La vida es una tómbola y lo que sentimos el uno por el otro es y fue muy fuerte. En una de esas… Todo es cuestión del maldito y tirano tiempo. O quizás ya ni siquiera dependa de eso, quiero ilusionarme con que sí. El dictador ese lo dirá…
Por favor, llama a mi familia. Despedite bien de ellos. Siempre te respetaron, te abrieron las puertas de esta casa y de sus corazones. Es más, creo que te quisieron más que a mi en un momento. Lástima que yo no pueda decir lo mismo. Tu familia me discriminó desde el primer día. A tus abuelos los vi 4 veces en 4 años, y tu vieja se empeñó en jodernos nuestra relación miles de veces. Me despojaron de fiestas, reuniones y agasajos. Duele eso, y mucho. Lamento que no hayas querido o podido luchar contra ellos para darle el lugar que se merecía tu ahora ex-novio. Espero que a tu próxima pareja lo acepten y, si no lo hacen, esto te haya servido de experiencia para saber como manejarte con ellos 3.
Otra: no culpes a Juani por lo que pasó. Es un pobre nene de 17 años dominado por el hijo de mil puta de tu progenitor (no puede llamársele padre a ese sorete). En una de esas seguimos hablando, pero acordate lo que te digo hoy: “Él te va a buscar en un futuro y vas a poder disfrutar del hermano que te negó ese hijo de puta”.
Gracias. Gracias. Gracias. No tengo más palabras de que decirte. Me hiciste el hombre más feliz del mundo. Espero haberte hecho muy feliz a vos también, creo en este último tiempo no lo fuiste, pero en otras épocas sé que sí. Me duele pensar que dentro de poco podrás estar con este que te “interesa”, según tus palabras, pero bue’ esto se dio así y no soy inocente de ello. Te deseo lo mejor. Deseo que puedas ser muy feliz y que concretes todos tus sueños y anhelos. Yo también lo voy a ser. Ambos vamos a ser felices, somos buenas personas.
Yo te amo po. A pesar de todos los desplantes y cagadas que me mandé y que vos también te mandaste, te amo. Y cuando uno ama le desea la felicidad ala persona que ama. Puede que no me guste en un futuro verte con otro, nunca me va a gustar, pero si vos sos feliz, yo voy a serlo también. Espero que la vida nos vuelva a cruzar en un futuro y podamos tener nuestra casita en el campo y criar a nuestros hijos como siempre lo soñamos. Hoy no debería pensar en eso pero, como verás, me es inevitable no hacerlo. Lamento mucho que todo se haya ido a la mierda. Nunca lo quise, pero las cosas se dieron así. Tengo mucho miedo de no volver a sentir un amor así por nadie y que nadie tampoco me pueda amar como me amastes vos. Nunca te voy a olvidar y creo que te voy a amar para el resto de mi vida. Gracias por hacerme feliz. Booo... Gracias poyito.

PEVS… SE…
Eternamente Tu poyito.

domingo, 2 de agosto de 2009

Silvio, siempre Silvio. x 3




En el claro de la luna

En el claro de la luna
donde quiero ir a jugar,
duerme la Reina Fortuna
que tendrá que madrugar.

Mi guardiana de la suerte,
sueña cercada de flor
que me salvas de la muerte
con fortuna en el amor.

Sueña, talismán querido,
sueña mi abeja y su edad;
sueña y si, lo he merecido,
sueña mi felicidad.

Sueña caballos herreros,
suéñame el viento del sur,
sueña un tiempo de aguaceros
en el valle de la luz.

Sueña lo que hago y no digo,
sueña en plena libertad,
sueña que hay días en que vivo,
sueña lo que hay que callar.

Entre las luces más bellas
duerme intranquilo mi amor
porque en su sueño de estrellas
mi paso en tierra es dolor.

Mas si yo pudiera hacerle
miel de abeja en vez de sal
a qué tentarle la suerte
que valiera su soñar.

Suéñeme, pues, cataclismo,
sueñe golpe largo y sed,
sueñe todos los abismos,
que de otra vida no sé.

Sueñe lo que hago y no digo,
sueñe en plena libertad,
sueñe que hay días en que vivo,
sueñe lo que hay que callar.

Sueñe la talla del día,
del día del que fui y del que soy
que el de mañana, alma mía,
lo tengo soñado hoy.

En estos días

En estos días
todo el viento del mundo sopla en tu dirección.
La Osa Mayor corrige la punta de su cola
y te corona con la estrella que guía la mía.
Los mares se han torcido
con no poco dolor hacia tus costas.
La lluvia dibuja en tu cabeza
la sed de millones de árboles,
las flores te maldicen muriendo celosas.

En estos días no sale el sol, sino tu rostro,
y en el silencio sordo del tiempo gritan tus ojos:
Ay! de estos días terribles,
ay! de lo indescriptible.

En estos días
no hay absolución posible para el hombre,
para el feroz, la fiera que ruge y canta ciega,
ese animal remoto que devora y devora primaveras.

En estos días no sale el sol, sino tu rostro,
y en el silencio sordo del tiempo gritan tus ojos:
Ay! de estos días terribles,
ay! del nombre que lleven,
ay! de cuántos se marchen,
ay! de cuántos se queden.
Ay! de todas las cosas
que hinchan este segundo,
ay! de estos días terribles,
asesinos del mundo.

De la ausencia de ti

Ahora sólo me queda buscarme de amante
la respiración.
No mirar a los mapas, seguir en mí mismo,
no andar ciertas calles,
olvidar que fue mío una vez cierto libro.
O hacer la canción.
Y decirte que todo esta igual:
la ciudad, los amigos y el mar,
esperando por ti,
esperando por ti.

Sigo yendo a Teté semana por semana
¿te acuerdas de allá?
Hoy hablo de fusiles despidiendo muertos.
Yo sé que ella me ama,
es por eso tal vez que te siento en su sala,
aunque ahora no estás.
Y se siente en la conversación,
o será que tengo la impresión,
de la ausencia y de ti,
de la ausencia y de ti.

No quisiera un fracaso en el sabio delito
que es recordar.
Ni en el inevitable defecto que es
la nostalgia de cosas pequeñas y tontas
como en el tumulto pisarte los pies.
Y reír y reír y reír,
madrugadas sin ir a dormir,
sí, es distinto sin ti.
Muy distinto sin ti.

Las ideas son balas hoy día y no puedo
usar flores por ti.
Hoy quisiera ser viejo y muy sabio y poderte decir
lo que aquí no he podido decirte,
hablar como un árbol
con mi sombra hacia ti.
Como un libro salvado del mar,
como un muerto que aprende a besar,
para ti, para ti,
para ti, para ti.