Tilín – Habría que tirar la pared del vecino y así quedaría una terraza gigante y comunitaria.
Jorge – Sí. Empecemos a menguar, por lo menos, la maldita propiedad privada.
Tilín – Seeee. ¡¡¡Hagamos el contramuro de Berlín!!!
Jorge – Sí. Empecemos a menguar, por lo menos, la maldita propiedad privada.
Tilín – Seeee. ¡¡¡Hagamos el contramuro de Berlín!!!
En ese momento apareció el vecino Joaquín con una masa.
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