lunes, 30 de noviembre de 2009
Manu Chao, masividad y sociedad de consumo
El recital estuvo increíble. Manu Chao y Radio Bemba la rompieron. Como siempre cantaron contra el hambre, el racismo, las diferencias sociales, los políticos, las fronteras del mundo y, entre otras cosas, la sociedad de consumo. Para ser más específico, dejaron que una mujer mapuche reclamase por los derechos de los originarios frente al avance voraz de las mineras en la Cordillera de los Andes. También Manu recordó a Luciano Arruga, joven secuestrado y desaparecido por la policía de Lomas del Mirador y criticó el muro en la frontera de EE.UU. y México. “A todos aquellos que algún día perdieron la ilusión. Pase lo que pase, sea lo que sea, próxima estación: ¡¡¡Esperanza!!!”. Estaba lleno de binchas y pañuelos en las cabezas de hermosas mujeres, pantalones y polleras de bambula, rastas y ropa jipi. Toda la producción acorde con el contexto que pregona el viajero grupo. Pero la realidad sale a la luz por más Manu Chao y conciencia social que se aliente. “Todo muy lindo pero… pase lo que pase, sea lo que sea quiero un cuarto de libra doble con queso”, se escuchó a un joven de cerca de treinta años. “Próxima Estación: una Esso.”, se escuchó a otro. Son las consecuencias de la masividad y de esta sociedad en la que repetimos como loros consignas que contradecimos casi al terminar de repetirlas. El recital estuvo increíble.
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viernes, 27 de noviembre de 2009
jueves, 26 de noviembre de 2009
miércoles, 25 de noviembre de 2009
Abuela

martes, 24 de noviembre de 2009
lunes, 23 de noviembre de 2009
Peter contra los "conciertos de pelotudos"
Diego Capusotto fue contundente sobre el debate de los famosos entorno al tema de la inseguridad. “Son 'un concierto de pelotudos' que no saben lo que dicen pero lo dicen y le hacen el juego a la derecha, al gorilaje y a todos los que quieren tener un poquito de poder". Además agregó: "son los voceros de una estrategia política mucho más tremenda de lo que vemos (...) llegan a mucha gente y no saben ni siquiera lo que dicen". También comparó a los famosos con un personaje suyo: "Los famosos son como Micky Vainilla, y no es más que el inconsciente de parte de una sociedad que nunca se acuerda de los muertos; de lo único que se acuerda es de blanquearse, en todo sentido de la palabra". "Son funcionales a eso que todavía existe y que generó todo lo que estamos viviendo ahora: famosos que hablan sin saber y que provocan aún más la ira en la gente, que no tienen opinión propia, que son pensados por los medios".
* Las declaraciones fueron extraídas de una publicación de la Revista Pronto
* Las declaraciones fueron extraídas de una publicación de la Revista Pronto
domingo, 22 de noviembre de 2009
Panorama de parque un domingo por la tarde

* foto extraída del diario Clarín del viernes 16 de septiembre de 2006
sábado, 21 de noviembre de 2009
Un viejito de barrio
“Las asociaciones vecinales constituyeron la ciudad”
Esta es una entrevista en la que se recorre la historia de Villa Mitre. Raúl Díaz recuerda los orígenes del barrio y del Centro de Fomento. También cuenta de cómo se prepara Ciencia y Labor para el Centenario próximo a llegar.
Raúl Díaz es quizás uno de los hombres más emblemáticos y que más saben del barrio de Villa Mitre y del club Ciencia y Labor. Luce lúcido e impecable a los 76 años. Tiene pinta de tanguero: saco a cuadros marrón en cuya solapa sobresale un pin del escudo de la Nación Argentina, peinado para atrás, bigote bien prolijo, carpeta bajo el brazo y lapicera Pierre Cardín.
Este hombre de las entrañas de Villa Mitre, rememora viejas historias vividas o transmitidas por sus padres a través de esta nota realizada en el club de sus amores donde nos muestra un carnet de almohadilla con las letras borrosas y con una foto de un “pebete de 12 años” con un peinado engominado como el que luce ahora.
¿Qué me puede contar de los orígenes de Ciencia y Labor?
El club se fundó en el año 1917. Lo fundó el sub-comisario de la 35ª (actual 41ª), Juan Fernández. De alguna manera el club se construye jugando a las bochas entre varios grupos de amigos: el que ganaba elegía si ponían los ladrillos y el metro cuadrado de ladrillo o la mano de obra. Eran gente trabajadora, mayormente italianos que huyeron de la 1ª Guerra Mundial, aunque también había españoles y algunos criollos. La primera tanda de ciudadanos que condujeron al club fueron radicales.
Díaz, quien viene a Ciencia desde que tenía entre 10 y 12 años, dice que la historia del club y la del Centro de Fomento y Cultura Villa Gral. Mitre son las mismas. En algunas de las primeras experiencias democráticas del país, los primero gobiernos radicales, en el club hubo un caudillo muy importante que era Arturo Baffico, una gran figura política dentro del partido. De la primera comisión fue presidente Manuel Novo. En aquel momento eran socios honorarios del Centro, el presidente de la república Hipólito Irigoyen, Francisco Beiró, el gobernador de la provincia de Buenos Aires José Emilio Croto, Estanislao Ceballos, Fernando Zaguief, Joaquín Llambías. “Eran muchos apellidos patricios y de los radicales de peso:”.... “ los trajo Baffico para agilizar los trámites para que no se cajoneen algunos pedidos que hacíamos para mejorar el barrio”, asegura Díaz.
Tengo entendido que luego de los radicales llegaron los socialistas al club, ¿cómo fue esa etapa?,
Para el año 1921 los socios del grupo fundador se fueron y fue ahí que se acercaron los socialistas. ‘Así como la muchachada fundadora fue claramente radical, la segunda y tercera generación de villamitrenses fue mayoritariamente socialista’, dice el libro (Historia del Centro de Fomento y Cultura Villa General Mitre). Aún así, nunca vincularon al Centro con actividades políticas que pudieran desviarlos de su fomentismo. La mayoría eran comerciantes, profesionales, artesanos y empleados. Todos de clase media. Eran grandes lectores y compartían su devoción por el trabajo social.
¿Qué papel cumplieron?
Este era un Centro de Fomento para el barrio, y los socialistas fueron los que hicieron las cosas más importantes. Tenían una biblioteca en Nazca casi César Díaz. La biblioteca Chaikoff. Cuando allí había elecciones los que ganaban venían al club, y los del club se iban a allá. Así llegaron al club. Hubo talentos como Celestino Cardaropoli, José Di Bona, quien tuvo la iniciativa de fundar la Biblioteca Popular Ciencia y Labor.
¿Qué papel tuvo la biblioteca en la historia del club y del barrio?
Acá fue muy importante la biblioteca. Tremendamente importante. La mayoría de los estudiantes venían a estudiar o a buscar materiales de lectura. Se fundó el 25 de marzo de 1923. La biblioteca proveía a la mayoría de los colegios con el material bibliográfico. En los años veinte tuvo su mejor época, hubo un gran movimiento de gente, de consultas sobre libros, de préstamos. Fue fundamental para el barrio. De acá salió la asociación de ajedrecistas “Jaque Mate”. La biblioteca estaba entre las 11 más importantes de la ciudad. Antes se ubicaba donde está ahora el buffet. Y luego se hizo el edificio en el que está ahora. Cumplió una función muy importante porque desde ahí se fomentó para implementar obras como el entubamiento del Arroyo Maldonado, la plaza Roque Saenz Peña, las luces, la red cloacal, el itinerario de colectivos. Lo mas importante que hubo en Villa Mitre para el desarrollo de la comunidad fue Ciencia y Labor y en forma mas general y para ser justos, las Asociaciones Vecinales fueron las que constituyeron la ciudad.
¿De qué manera?
En el club se debatía, había grandes discusiones políticas, la participación vecinal era muy importante. Uno de los acontecimientos que mas recuerdo fue cuando ocurrió la famosa inundación del año 30 que hizo un desastre. El club en ese momento hizo un acto muy grande en Belaustegui y Artigas para movilizar al barrio. Hubo mucha gente, los socialistas eran realmente fomentistas. Por eso se le puso Juan B. Justo a la avenida. Las veredas de esa avenida originalmente eran todas rojas.
Raúl no para un segundo. Habla emocionado y constata con el libro para tratar de no errarle con los nombres y con las fechas. “Más que nada el objetivo del club era el fomento del barrio. Hubo gente talentosa que hizo mucho para conseguir cosas: el correo en la calle Luis Viale, el primer Registro Civil. Hubo un periódico que se llamaba Villa Mitre que jugó un gran papel para ello. Lo dirigía Marchese. Hasta que en el 56 se dejo de editar”.
¿En qué lugares estuvo el Centro de Fomento?
En el año 1918 el Centro estaba en Condarco y Cesar Díaz. En el ‘22 cambió de sede a Artigas 1928. Luego se traslada a Nazca 1750. En el año 1926 dirigentes del Centro se entrevistan con el presidente Marcelo T. de Alvear y se regresa a Artigas 1799. Con la gestión del brigadier Cacciatore en los ’70 se les cambió el nombre por Asociación Vecinal.
Raúl desea tanto volver a tener la biblioteca en el club que le es imposible tomar una posición sin fanatismo: “Cuando me fui a Mar del Plata, en el ’54, la dirigencia del club hizo un gimnasio y sacó la biblioteca. Regalaron o vendieron todos los digestos municipales, que decían las calles, sus nombres, cuando se pavimentaron, etc. Se perdió una gran cantidad de material histórico. Cuando volví armé otra biblioteca y conseguí 3500 libros que nos dieron del club que estaba en Gaona y Gavilán. La mayoría eran policías. Jugaban al poker y tenía la biblioteca como tapadera. Y Cuando ese club cerró, traje los libros para acá”.
Este hombre que asegura ser nacido “acá, en el arroyo” desvía la mirada tratando de observar e imaginar aquel viejo barrio de Villa Mitre: “Esto era todo descampado. Villa Mitre quedaba entre la ciudad de Flores y Belgrano. Se conocía por el arroyo Maldonado. Era importante por la Calle de las Carretas (hoy Donato Álvarez), empedradas estaban Nazca, Artigas y Cuenca. Las demás eran todas de tierra.”
En la década del veinte se empieza a urbanizar y el Centro tuvo una gran importancia: “En aquellos tiempos no existían las políticas de Estado. Por eso se pusieron los socios honorarios que pedíamos y trabajábamos por el barrio. Lo primero que se hizo fue instalar el agua corriente, cloacas, alumbrado público y eléctrico. El entubamiento del arroyo Maldonado tardó mucho tiempo en llegar a Condarco, hasta la altura donde estaba el club. Y ahí ‘se armó la podrida’ porque hubo una inundación muy grande en la cual murieron dos chicos. La decisión de Ciencia y Labor fue el entubamiento del arroyo Maldonado y se pidió hasta que se logró. También se consiguieron muchísimos ladrillos para fabricar casas. Y se ‘embromó’ para que se abriera la calle Artigas para que llegara hasta el ferrocarril San Martín. Los asfaltos de las calles son del ’40. Una de las últimas que asfaltaron fue Gavilán. En el 45, 50, con el peronismo adquirió mas importancia esta zona. El contexto de post-guerra ayudó a terminar de urbanizar el barrio.”
¿Cómo se proyecta el club de cara al centenario?
Yo soy de la escuela de los viejos que son puro sacrificio. Hemos proyectado salir otra vez a la calle con el club. Que el club vuelva al barrio. No puede ser que en su centenario Ciencia y Labor no exista. Si fue el que hizo Villa Mitre. Vamos a salir otra vez a la calle porque la contención de los chicos tiene que ser prioridad. Acá, al chico se lo educaba. Si jugabas al fútbol te tenías que bañar, sino al otro día no practicabas. El club tiene que cumplir una función social, cultural y deportiva. Nosotros estamos asociados a dos torneos de fútbol: FAFI y FEFI. Yo siempre estuve en contra porque ahí es donde se venden a los chicos. Entonces los chicos no vienen a disfrutar, el padre quiere que el pibe sea Maradona y los pillos los usan. La base fundamental no es ser competitivo sino ser deportista. El chico tiene que venir para disfrutar.
¿Y el gobierno de la ciudad podría ayudar a este objetivo?
La comuna se ha olvidado de las Asociaciones Vecinales. La contra que tienen son los CGP (Centro de Gestión y Participación). Porque las 15 comunas que van a hacer es todo política, mentira que es para “los vecinos”. Son unos atorrantes. Antes, los Centros de Fomentos teníamos que mandar tantas cartas por año para que te den un subsidio chico, ya sea por cualquier cosa, por ejemplo una lamparita. Eso lo reemplazaron indirectamente los CGP, pero la mayoría de las veces, te dan algo si le sacan rédito político a lo que hacen
¿Entonces qué medidas concretas piensan tomar para que los chicos del barrio vuelvan a Ciencia y Labor?
Traer una mesa de ping-pong, metegoles, pero sin ficha. Nada de pagar por el metegol o para jugar con esas maquinitas que desvirtúan toda la esencia de la criatura. El chico tiene que crecer sano. Apuntamos a eso. A tener computadoras, poner una maestra de apoyo y a que todos los colegios del barrio usufructúen del gimnasio. Un club es para contención del chico que va al primario, para el que va creciendo. Ese chico en el futuro va a ser socio y a participar en las actividades del club. Con el fútbol competitivo no, porque los traen para que sean cracks y cuando ven que lo pueden ubicar en otro lado se lo llevan y te quedás sin juventud. Tuvimos serios problemas de juventud por las malas políticas sociales de muchos dirigentes anteriores. Este fue un club bastante cerrado durante los últimos años. Ahora se está abriendo otra vez. La CD actual asumió hace unos meses y apunta a eso.
¿Cuál es el rol político que debería ejercer un club?
Por ejemplo ir a la Dirección de Cultura para ver que programa tiene para traer, ya sea para hacer conferencias, cine, elevar la cultura del barrio. No importa que no tengan la intención de fomentar genuinamente la cultura, porque tratan de especular políticamente. A eso lo llaman voto. Nosotros estamos en otra cosa. Tenemos que traer un médico, un pediatra, una abogada. Esa es la función de un club. Conseguir cosas para los vecinos e integrarlos.
Usted que tiene tantos años en el club ¿nos podría contar alguna anécdota?
Cuando fue lo de la epidemia de poliomielitis salimos a pintar todas las calles, los cordones y los árboles de cal. Eso lo hizo Ciencia y Labor. Otra fue cuando el colectivo 22, que era de la Corporación, se incendió en Tres Arroyos y Andrés Lamás y murieron todos carbonizados. Nunca más funcionó. También en la esquina de Artigas y Cesar Díaz, donde antes estaba el colegio República de México, Quinquela Martín siempre venía a pintar. Un recuerdo muy lindo es cuando en la plaza Roque Saenz Peña, que quedó muchos años fue un baldío con terraplén, venía el ejército de Palermo con la caballería y paraban en la plaza para seguir para Campo de Mayo. Allí la gente vendía pastelitos para hacer unos pesitos.
¿Recuerda los nombres viejos de algunas calles?
Luis Viale se llamaba Monje. Artigas, Sudamérica. Donato Álvarez, Bella Vista. Belaustegui, Monte Dinero. Tres Arroyos, Montes Mont. Galicia, Virgen. Remedios Escalada de San Martín, Deseado. César Díaz, San Sebastián. Margariño Cervantes, Esperanza. Camarones y San Blas, Médanos. Esos eran todos los cabos del sur, cabos geográficos, marítimos. Gaona y Jonte se llamaron siempre así.
A pesar de recordar con nostalgia el pasado del club y del barrio, asegura que el artista más conocido que tuvo el barrio es bien contemporáneo: “Y… Pappo. Los Napolitanos tenían la fábrica de caldera en Juan B Justo entre Artigas y Buffano. Carlos fue un gran jugador de fútbol de Atlanta, jugaba de half. Y el hijo después tocó la guitarra y se hizo muy conocido. Otro fue Pugliese de la orquesta de D’arienzo. También fueron importantes: Adolfo, José, Raúl, Rosita y Elba Verón. Eran de orquesta típica.
¿Qué espera usted en un futuro de Villa Mitre?
Acá hubo un problema. El barrio se paró cuando Cacciatore quiso hacer la autopista por César Díaz. Se frenaron las construcciones, nadie sabía que iba a pasar porque se iba a cambiar toda la fisonomía del barrio. Al barrio le falta un correo, una telefónica. Una de las últimas cosas que hizo el club fue lograr que pase el 113 por la esquina. Vamos a proyectarnos en cultura y en movimiento de los chicos. Hay que reactivar la biblioteca y hacer que el club vuelva a ser la casa de los chicos del barrio. Se esta sumando gente nueva con ganas de construir un futuro mejor para la institución y el barrio y eso es muy bueno.
* Nota publicada en El Adán de Buenos Ayres
Esta es una entrevista en la que se recorre la historia de Villa Mitre. Raúl Díaz recuerda los orígenes del barrio y del Centro de Fomento. También cuenta de cómo se prepara Ciencia y Labor para el Centenario próximo a llegar.
Raúl Díaz es quizás uno de los hombres más emblemáticos y que más saben del barrio de Villa Mitre y del club Ciencia y Labor. Luce lúcido e impecable a los 76 años. Tiene pinta de tanguero: saco a cuadros marrón en cuya solapa sobresale un pin del escudo de la Nación Argentina, peinado para atrás, bigote bien prolijo, carpeta bajo el brazo y lapicera Pierre Cardín.
Este hombre de las entrañas de Villa Mitre, rememora viejas historias vividas o transmitidas por sus padres a través de esta nota realizada en el club de sus amores donde nos muestra un carnet de almohadilla con las letras borrosas y con una foto de un “pebete de 12 años” con un peinado engominado como el que luce ahora.
¿Qué me puede contar de los orígenes de Ciencia y Labor?
El club se fundó en el año 1917. Lo fundó el sub-comisario de la 35ª (actual 41ª), Juan Fernández. De alguna manera el club se construye jugando a las bochas entre varios grupos de amigos: el que ganaba elegía si ponían los ladrillos y el metro cuadrado de ladrillo o la mano de obra. Eran gente trabajadora, mayormente italianos que huyeron de la 1ª Guerra Mundial, aunque también había españoles y algunos criollos. La primera tanda de ciudadanos que condujeron al club fueron radicales.
Díaz, quien viene a Ciencia desde que tenía entre 10 y 12 años, dice que la historia del club y la del Centro de Fomento y Cultura Villa Gral. Mitre son las mismas. En algunas de las primeras experiencias democráticas del país, los primero gobiernos radicales, en el club hubo un caudillo muy importante que era Arturo Baffico, una gran figura política dentro del partido. De la primera comisión fue presidente Manuel Novo. En aquel momento eran socios honorarios del Centro, el presidente de la república Hipólito Irigoyen, Francisco Beiró, el gobernador de la provincia de Buenos Aires José Emilio Croto, Estanislao Ceballos, Fernando Zaguief, Joaquín Llambías. “Eran muchos apellidos patricios y de los radicales de peso:”.... “ los trajo Baffico para agilizar los trámites para que no se cajoneen algunos pedidos que hacíamos para mejorar el barrio”, asegura Díaz.
Tengo entendido que luego de los radicales llegaron los socialistas al club, ¿cómo fue esa etapa?,
Para el año 1921 los socios del grupo fundador se fueron y fue ahí que se acercaron los socialistas. ‘Así como la muchachada fundadora fue claramente radical, la segunda y tercera generación de villamitrenses fue mayoritariamente socialista’, dice el libro (Historia del Centro de Fomento y Cultura Villa General Mitre). Aún así, nunca vincularon al Centro con actividades políticas que pudieran desviarlos de su fomentismo. La mayoría eran comerciantes, profesionales, artesanos y empleados. Todos de clase media. Eran grandes lectores y compartían su devoción por el trabajo social.
¿Qué papel cumplieron?
Este era un Centro de Fomento para el barrio, y los socialistas fueron los que hicieron las cosas más importantes. Tenían una biblioteca en Nazca casi César Díaz. La biblioteca Chaikoff. Cuando allí había elecciones los que ganaban venían al club, y los del club se iban a allá. Así llegaron al club. Hubo talentos como Celestino Cardaropoli, José Di Bona, quien tuvo la iniciativa de fundar la Biblioteca Popular Ciencia y Labor.
¿Qué papel tuvo la biblioteca en la historia del club y del barrio?
Acá fue muy importante la biblioteca. Tremendamente importante. La mayoría de los estudiantes venían a estudiar o a buscar materiales de lectura. Se fundó el 25 de marzo de 1923. La biblioteca proveía a la mayoría de los colegios con el material bibliográfico. En los años veinte tuvo su mejor época, hubo un gran movimiento de gente, de consultas sobre libros, de préstamos. Fue fundamental para el barrio. De acá salió la asociación de ajedrecistas “Jaque Mate”. La biblioteca estaba entre las 11 más importantes de la ciudad. Antes se ubicaba donde está ahora el buffet. Y luego se hizo el edificio en el que está ahora. Cumplió una función muy importante porque desde ahí se fomentó para implementar obras como el entubamiento del Arroyo Maldonado, la plaza Roque Saenz Peña, las luces, la red cloacal, el itinerario de colectivos. Lo mas importante que hubo en Villa Mitre para el desarrollo de la comunidad fue Ciencia y Labor y en forma mas general y para ser justos, las Asociaciones Vecinales fueron las que constituyeron la ciudad.
¿De qué manera?
En el club se debatía, había grandes discusiones políticas, la participación vecinal era muy importante. Uno de los acontecimientos que mas recuerdo fue cuando ocurrió la famosa inundación del año 30 que hizo un desastre. El club en ese momento hizo un acto muy grande en Belaustegui y Artigas para movilizar al barrio. Hubo mucha gente, los socialistas eran realmente fomentistas. Por eso se le puso Juan B. Justo a la avenida. Las veredas de esa avenida originalmente eran todas rojas.
Raúl no para un segundo. Habla emocionado y constata con el libro para tratar de no errarle con los nombres y con las fechas. “Más que nada el objetivo del club era el fomento del barrio. Hubo gente talentosa que hizo mucho para conseguir cosas: el correo en la calle Luis Viale, el primer Registro Civil. Hubo un periódico que se llamaba Villa Mitre que jugó un gran papel para ello. Lo dirigía Marchese. Hasta que en el 56 se dejo de editar”.
¿En qué lugares estuvo el Centro de Fomento?
En el año 1918 el Centro estaba en Condarco y Cesar Díaz. En el ‘22 cambió de sede a Artigas 1928. Luego se traslada a Nazca 1750. En el año 1926 dirigentes del Centro se entrevistan con el presidente Marcelo T. de Alvear y se regresa a Artigas 1799. Con la gestión del brigadier Cacciatore en los ’70 se les cambió el nombre por Asociación Vecinal.
Raúl desea tanto volver a tener la biblioteca en el club que le es imposible tomar una posición sin fanatismo: “Cuando me fui a Mar del Plata, en el ’54, la dirigencia del club hizo un gimnasio y sacó la biblioteca. Regalaron o vendieron todos los digestos municipales, que decían las calles, sus nombres, cuando se pavimentaron, etc. Se perdió una gran cantidad de material histórico. Cuando volví armé otra biblioteca y conseguí 3500 libros que nos dieron del club que estaba en Gaona y Gavilán. La mayoría eran policías. Jugaban al poker y tenía la biblioteca como tapadera. Y Cuando ese club cerró, traje los libros para acá”.
Este hombre que asegura ser nacido “acá, en el arroyo” desvía la mirada tratando de observar e imaginar aquel viejo barrio de Villa Mitre: “Esto era todo descampado. Villa Mitre quedaba entre la ciudad de Flores y Belgrano. Se conocía por el arroyo Maldonado. Era importante por la Calle de las Carretas (hoy Donato Álvarez), empedradas estaban Nazca, Artigas y Cuenca. Las demás eran todas de tierra.”
En la década del veinte se empieza a urbanizar y el Centro tuvo una gran importancia: “En aquellos tiempos no existían las políticas de Estado. Por eso se pusieron los socios honorarios que pedíamos y trabajábamos por el barrio. Lo primero que se hizo fue instalar el agua corriente, cloacas, alumbrado público y eléctrico. El entubamiento del arroyo Maldonado tardó mucho tiempo en llegar a Condarco, hasta la altura donde estaba el club. Y ahí ‘se armó la podrida’ porque hubo una inundación muy grande en la cual murieron dos chicos. La decisión de Ciencia y Labor fue el entubamiento del arroyo Maldonado y se pidió hasta que se logró. También se consiguieron muchísimos ladrillos para fabricar casas. Y se ‘embromó’ para que se abriera la calle Artigas para que llegara hasta el ferrocarril San Martín. Los asfaltos de las calles son del ’40. Una de las últimas que asfaltaron fue Gavilán. En el 45, 50, con el peronismo adquirió mas importancia esta zona. El contexto de post-guerra ayudó a terminar de urbanizar el barrio.”
¿Cómo se proyecta el club de cara al centenario?
Yo soy de la escuela de los viejos que son puro sacrificio. Hemos proyectado salir otra vez a la calle con el club. Que el club vuelva al barrio. No puede ser que en su centenario Ciencia y Labor no exista. Si fue el que hizo Villa Mitre. Vamos a salir otra vez a la calle porque la contención de los chicos tiene que ser prioridad. Acá, al chico se lo educaba. Si jugabas al fútbol te tenías que bañar, sino al otro día no practicabas. El club tiene que cumplir una función social, cultural y deportiva. Nosotros estamos asociados a dos torneos de fútbol: FAFI y FEFI. Yo siempre estuve en contra porque ahí es donde se venden a los chicos. Entonces los chicos no vienen a disfrutar, el padre quiere que el pibe sea Maradona y los pillos los usan. La base fundamental no es ser competitivo sino ser deportista. El chico tiene que venir para disfrutar.
¿Y el gobierno de la ciudad podría ayudar a este objetivo?
La comuna se ha olvidado de las Asociaciones Vecinales. La contra que tienen son los CGP (Centro de Gestión y Participación). Porque las 15 comunas que van a hacer es todo política, mentira que es para “los vecinos”. Son unos atorrantes. Antes, los Centros de Fomentos teníamos que mandar tantas cartas por año para que te den un subsidio chico, ya sea por cualquier cosa, por ejemplo una lamparita. Eso lo reemplazaron indirectamente los CGP, pero la mayoría de las veces, te dan algo si le sacan rédito político a lo que hacen
¿Entonces qué medidas concretas piensan tomar para que los chicos del barrio vuelvan a Ciencia y Labor?
Traer una mesa de ping-pong, metegoles, pero sin ficha. Nada de pagar por el metegol o para jugar con esas maquinitas que desvirtúan toda la esencia de la criatura. El chico tiene que crecer sano. Apuntamos a eso. A tener computadoras, poner una maestra de apoyo y a que todos los colegios del barrio usufructúen del gimnasio. Un club es para contención del chico que va al primario, para el que va creciendo. Ese chico en el futuro va a ser socio y a participar en las actividades del club. Con el fútbol competitivo no, porque los traen para que sean cracks y cuando ven que lo pueden ubicar en otro lado se lo llevan y te quedás sin juventud. Tuvimos serios problemas de juventud por las malas políticas sociales de muchos dirigentes anteriores. Este fue un club bastante cerrado durante los últimos años. Ahora se está abriendo otra vez. La CD actual asumió hace unos meses y apunta a eso.
¿Cuál es el rol político que debería ejercer un club?
Por ejemplo ir a la Dirección de Cultura para ver que programa tiene para traer, ya sea para hacer conferencias, cine, elevar la cultura del barrio. No importa que no tengan la intención de fomentar genuinamente la cultura, porque tratan de especular políticamente. A eso lo llaman voto. Nosotros estamos en otra cosa. Tenemos que traer un médico, un pediatra, una abogada. Esa es la función de un club. Conseguir cosas para los vecinos e integrarlos.
Usted que tiene tantos años en el club ¿nos podría contar alguna anécdota?
Cuando fue lo de la epidemia de poliomielitis salimos a pintar todas las calles, los cordones y los árboles de cal. Eso lo hizo Ciencia y Labor. Otra fue cuando el colectivo 22, que era de la Corporación, se incendió en Tres Arroyos y Andrés Lamás y murieron todos carbonizados. Nunca más funcionó. También en la esquina de Artigas y Cesar Díaz, donde antes estaba el colegio República de México, Quinquela Martín siempre venía a pintar. Un recuerdo muy lindo es cuando en la plaza Roque Saenz Peña, que quedó muchos años fue un baldío con terraplén, venía el ejército de Palermo con la caballería y paraban en la plaza para seguir para Campo de Mayo. Allí la gente vendía pastelitos para hacer unos pesitos.
¿Recuerda los nombres viejos de algunas calles?
Luis Viale se llamaba Monje. Artigas, Sudamérica. Donato Álvarez, Bella Vista. Belaustegui, Monte Dinero. Tres Arroyos, Montes Mont. Galicia, Virgen. Remedios Escalada de San Martín, Deseado. César Díaz, San Sebastián. Margariño Cervantes, Esperanza. Camarones y San Blas, Médanos. Esos eran todos los cabos del sur, cabos geográficos, marítimos. Gaona y Jonte se llamaron siempre así.
A pesar de recordar con nostalgia el pasado del club y del barrio, asegura que el artista más conocido que tuvo el barrio es bien contemporáneo: “Y… Pappo. Los Napolitanos tenían la fábrica de caldera en Juan B Justo entre Artigas y Buffano. Carlos fue un gran jugador de fútbol de Atlanta, jugaba de half. Y el hijo después tocó la guitarra y se hizo muy conocido. Otro fue Pugliese de la orquesta de D’arienzo. También fueron importantes: Adolfo, José, Raúl, Rosita y Elba Verón. Eran de orquesta típica.
¿Qué espera usted en un futuro de Villa Mitre?
Acá hubo un problema. El barrio se paró cuando Cacciatore quiso hacer la autopista por César Díaz. Se frenaron las construcciones, nadie sabía que iba a pasar porque se iba a cambiar toda la fisonomía del barrio. Al barrio le falta un correo, una telefónica. Una de las últimas cosas que hizo el club fue lograr que pase el 113 por la esquina. Vamos a proyectarnos en cultura y en movimiento de los chicos. Hay que reactivar la biblioteca y hacer que el club vuelva a ser la casa de los chicos del barrio. Se esta sumando gente nueva con ganas de construir un futuro mejor para la institución y el barrio y eso es muy bueno.
* Nota publicada en El Adán de Buenos Ayres
jueves, 19 de noviembre de 2009
Mesitas, inundación y final bizarro

No nos animábamos a ponerlas pensando en los inspectores, en las multas y todas las trabas que mete el Estado para recaudar y así tener los medios para seguir reproduciendo el status-quo. Por fuerzas mayores lo tuvimos que hacer igual.
La lluvia del viernes 13 de noviembre pasado inundó muchas partes de la ciudad. Una de esas fue Floresta. Justamente en Segurola y Juan B. Justo está el bar. Bajo la avenida J. B. Justo está entubado el Arroyo Maldonado y ese día el arroyo se metió adentro del bar casi medio metro. Se perdió mercadería, horas de trabajo... En fin, plata, nada importante.
Si algo tuvo de bueno fue que el efecto mesita fue casi sintomático. Entre todo el aglomerado de mesas y sillas apostadas sobre la vereda y, mientras sacabamos el agua, el barro y las hojas de adentro, se acercó un joven: “¿Puedo tomarme una birrita mientras limpian?”. Salió una Stella. Luego dos señores mayores: “La máquina de café también se mojó? ¿No? Entonces haceme dos cafés.”
El final es casi una escena surrealista y bizarra: un mozo barbudo, descalzo, con pantalones arremangados y en cueros bandejeando.

miércoles, 18 de noviembre de 2009
domingo, 15 de noviembre de 2009
Un asado jipi
Se empieza a cocinar a las 23:30. Se lo hace con troncos de algún árbol de madera propicia arrancada de la calle. Es un patio colmado de bicicletas: desde una aurorita hasta un montan baik de 18 cambios. Tiene a un asador con rastras y la cara negra del carbón. Se hace con ayudante de cocción que calce un sombrero onda Miguelito Jackson. Lleva un popurrí de carnes: choris de carne y de cerdo, morcilla común y vasca, mollejas, chinchus, bondiola, asado, vacío, tapa, pechito, etc. Es de todo un poco, un bocado de cada cosa para cada cual. Conlleva una alternativa para vegetarianos, entonces se prepara especialmente unos patis de puré de arvejas mezclados con mijo y cereales. Se come a la 1, 1:30. Disfruta de una serie de invitados, pero al que se suma sin aviso se lo acepta sin resquemor. Sale barato. Se compra en un frigorífico de Mataderos. Cuesta diez pé por cabeza. Es la mesa servida en planta baja y todos comiendo con los garrfios alrededor de la parrilla en la terraza y llenos de humo. Tiene vasos que son frascos de mermelada y las jaras como dos termos de aluminio para mate. Se acompaña con vino de damajuana, con fernet Branca o Capri, da igual. Se corteja con una ensalada no es tal sino una serie de recipientes apostados en una mesa: uno lleno de tomates de la huerta del hogar cortados en rodajas y en cubos, otro de habas también de planta propia y uno gigante de garganzos. Posee sus vedettes del acompañamiento: las papas, batatas y cebollas cocinadas sobre el carbón, negras de orgullo, las cuales se degustan sin pelarse, de mano en mano, de boca en boca. Es los dedos grasosos que se pasean tanto por las carnes, los panes y los vegetales como por las cabezas, las ropas y la piel de los compas los cuales se abrazan y se dan cariños; una clara muestra de hermandad. Es se agradecer entre risas al asador, a las plantas de tomate y habas y hasta a “los animalitos que se prestaron a ser víctimas para tal acto de unión”. Los halla, entre juegos de cartas, flores y vinos, de sobremesa en una gran charla sobre recuerdos de viajes, reuniones de militancias, comentarios del IUNA y la organización de un casamiento en un camping donde todos asistirán con carpas. Conlleva sus efectos: a algunos los vence el sueño, el alcohol, el faso (o la mezcla de todo eso) y se reposan a dormir sobre el sillón comedor sin recibir la más mínima molestia o burla de los demás. También tiene postre: un tacho traslúcido relleno con tricolor de crema, biscochuelo y chocolate, el cual se degusta con una sola cuchara y así se sigue compartiendo la saliva de los 15 ó 20 asistentes. Asume su final, osea el momento en que algunos se van y se despiden entre abrazos y besos con restos de comida, trastabilladas producto del alcohol, ojos achinados y el olor en la ropa de un asado único y peculiar.
jueves, 12 de noviembre de 2009
lunes, 9 de noviembre de 2009
domingo, 8 de noviembre de 2009
Perra

jueves, 5 de noviembre de 2009
Día en Condicional
miércoles, 4 de noviembre de 2009
Sensación

En estos días el tema que impusieron los grandes grupos mediáticos fue el de la inseguridad. Y en la ecuación, uno de los componentes del resultado de la "inseguridad" son los menores. La lógica mediática sería algo así: menor + pobre + droga = inseguridad. Si usted, querido lector, quiere escuchar algo más sobre esta lógica, solo sintonice C5N por la mañana.
Por otra parte, en un libro editado en 1998, escrito por Eduardo Galeano, titulado "Patas para arriba", lejos de enmarcarse en un momento coyuntural como el anterior descripto, escribió algunas palabras que también explican el rol de los menores pero desde otra perspectiva. En un apartado relata las formas actuales de educar a los niños. Expone algunas grandes diferencias entre "los de arriba, los de abajo y los del medio". Referiéndose a los de abajo comenta que, en su mayoría, una parte de los niños pobres trabajan fuera de la ley y de las estadísticas. "¿Y los demás niños pobres? De los demás, son muchos los que sobran. El mercado no los necesita, ni los necesitará jamás. No son rentables, jamás lo serán. Desde el punto de vista del orden establecido, ellos empiezan robando el aire que respiran y después roban todo lo que encuentran." ... "En el Primer Congreso Policial Sudamericano la policía colombiana explicó que el aumento cada día de creciente de la población de menos de dieciocho años, induce a estimar una mayor población POTENCIALMENTE DELINCUENTE (Mayúsculas en el documento original.)"
Una es una versión análitica de una realidad histórica. La otra es impuesta como una sensación actual, nueva. Algo así como un brote que hay que resolver. Quizás pueda darse cuenta de esto último, cuando mañana al prender el TV en TN pueda ver que "lo último", "lo nuevo" es el ataque al "periodismo independiente".
domingo, 1 de noviembre de 2009
Profesional II
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