
No nos animábamos a ponerlas pensando en los inspectores, en las multas y todas las trabas que mete el Estado para recaudar y así tener los medios para seguir reproduciendo el status-quo. Por fuerzas mayores lo tuvimos que hacer igual.
La lluvia del viernes 13 de noviembre pasado inundó muchas partes de la ciudad. Una de esas fue Floresta. Justamente en Segurola y Juan B. Justo está el bar. Bajo la avenida J. B. Justo está entubado el Arroyo Maldonado y ese día el arroyo se metió adentro del bar casi medio metro. Se perdió mercadería, horas de trabajo... En fin, plata, nada importante.
Si algo tuvo de bueno fue que el efecto mesita fue casi sintomático. Entre todo el aglomerado de mesas y sillas apostadas sobre la vereda y, mientras sacabamos el agua, el barro y las hojas de adentro, se acercó un joven: “¿Puedo tomarme una birrita mientras limpian?”. Salió una Stella. Luego dos señores mayores: “La máquina de café también se mojó? ¿No? Entonces haceme dos cafés.”
El final es casi una escena surrealista y bizarra: un mozo barbudo, descalzo, con pantalones arremangados y en cueros bandejeando.

Buenisima historia..Tb trabajo en un bar, me senti ahi adentro!
ResponderEliminarSaludos loco!