
Arribó mi hermanito el más pequeño y, como cumplió años, el curda y el perro le cantaron el “feliz cumpleaños”. “¡Acaricialo! No muerde…”, aclaró el hombre mientras Joel se reía descaradamente con sus grandes cachetes sonrojados. Charlaron los tres un rato largo. Luego llegó una señora y sentose justo frente a él, a menos de un metro. Estaba bien vestida, cuarentona… En fin, una posible víctima del acoso de alguien que tomó unas copas. Pidió un café con leche con tres medialunas. Al instante llamó preguntando si ya estaba marchando. El hombre le había dicho algo seguro. Le pedimos un poco de comprensión y le ofrecimos cambiarse de lugar. Al borracho no lo íbamos a echar. La señora entendió. Enseguida el hombre pagó y enfiló para la puerta. “Le hablaba al peluche, me preguntó si estaba sola porque era lesbiana…”, contó un poco horrorizada y otro tanto sorprendida. No pude aguantar la risa que contagió a la señora mientras el hombre se marchó a paso vaivén hasta el cordón donde frenó un taxi. Antes de subirse se dio vuelta, me miró y repitió: “¡Qué de problemas que voy a tener cuando llegue a casa!” Lo miramos sin seguir entendiendo. “Tengo uno igual a éste y se va a poner de celoso cuando llegue... Éste me salió más caro que el de verdad. A-A-A…”.
Una genialidad!
ResponderEliminar"Hay que estar siempre borracho. Todo radica ahí: es la única cuestión" me remontó a ese relato automáticamente.
un beso pa ti
ali: necesito saber a que hora juega all boys y en donde nos encontramos para ir a la cancha
ResponderEliminaravisame por mens.de texto
besos ...tu tio el pelado