
Se impone en el cielo y hace más felices las tardes.

¡Cómo brilla!

La amenaza urbana le está ganando espacio al brillo natural.

Lo quiere tapar.
Lo empieza a esconder.
Lo guarda tras su materialidad.

Y se va. Dice adios.

Pero hasta último momento nos deja su luz.
Él es el culpable. Este monstruo inmobiliario que crece día a día.
¡Hasta mañana sol! Le contaré a la luna de tí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario